Naufraga un barco y sólo se salvan
tres personas: Un matrimonio joven y un ligón de cuidado.
Consiguen llegar a una isla en la
que sólo hay un cocotero y el ligón quiere ligarse a la chica, así que propone
un plan:
- Vamos a turnarnos para subir al
cocotero a ver si pasa un barco que nos rescate. Subo yo primero.
Total, que se sube y de repente
mira abajo y grita:
- ¡Eh! ¡Vosotros! ¡No hagáis
guarradas!
El matrimonio, que no estaba
haciendo nada, se mira extrañado, pero el ligón sigue gritando desde lo alto
del cocotero:
- ¡Eh! ¡Pero bueno! ¡Que no es el
momento ni el lugar de hacer guarradas!
Así siguen una hora hasta que el
ligón se baja del cocotero y le toca subir al marido.
El ligón, que es un fiera, se liga
a la esposa y al poco ya le está haciendo el amor. Justo en ese momento el
marido, que está en lo alto del árbol, mira abajo y grita:
- ¡Ehh! ¡Es verdad! ¡Desde aquí
arriba parece que estas haciendo guarradas!